El 2 de febrero celebra la Iglesia universal la festividad de La Candelaria, y su origen da sentido a su celebración en nuestro Santuario, cada año el sábado o domingo mas cercano a esta fecha.
En la Biblia hay dos pasajes donde se habla de esta celebración, una de ellas es La Purificación del María y la otra es la Presentación del Niño Jesús al Templo. En el primer pasaje, la Virgen María se purificó después del nacimiento del niño Dios y llevó candelas al Templo para que estas fueran bendecidas. Según la tradición judía, después de 40 días de haber dado a luz, las mujeres debían acudir a templo y ofrecer en sacrificio un cordero, palomas o tórtolas. Asimismo tenían que bañarse en la mikve, donde deben de sumergirse rodeadas de flores y candelas (veladoras), de ahí el nombre de Candelaria.
Es por eso que las familias cristianas tienen costumbre encomendar y presentar a sus hijos cuando aún son muy pequeños a la Santisima Virgen, así que imitando a la Virgen y a San José presentando a su Hijo en el templo, cada año los niños que han sido bautizados durante el año anterior son citados y presentados a la Santísima Virgen de Alharilla de mano de sus padres.
La ceremonia tiene un curioso comienzo ya que antes de empezar en la explanada del Llano, en la puerta del Santuario, se hace una gran hoguera con madera de olivo, y con el fuego bendecido por el Sacerdote, todas las personas encienden su vela y ya acceden al interior del Santuario y tiene comienzo la Eucaristía.
Una vez finalizada la Misa se abre el camarín de la Virgen, y antes de entrar los Hermanos Mayores de cada año, imponen a los bautizados una medalla de Ntra. Sra. de Alharilla, seguidamente acceden con sus padres para ser presentados ante la imagen bendita de la Santísima Virgen para que los proteja a lo largo de su vida.